Este blog busca unicamente promocionar la figura de Vivi, una excelente actriz y una persona maravillosa a la que vale la pena conocer..




martes, 6 de marzo de 2012

VIVIANA SACCONE DICE QUE EN LOBO INTERPRETA A “UNA VILLANA COPADA”


“Hago una mala que divierte a la gente”

Por Marcela Korzeniewski

Viviana Saccone vive con mucha intensidad cada trabajo que se le presenta. Con esa pasión y un perfil muy bajo, logró construir una carrera de actriz como la que ella soñaba siendo una niña en Jeppener, su pueblo natal. Hoy, interpreta a Rebeca Díaz Pujol, la villana de Lobo -El Trece-, conformando una dupla explosiva, basada en el poder y el dinero, junto a Osvaldo Laport, su compañero de varios trabajos (Más Allá del Horizonte, Alguien que me Quiera) y amigo personal.
La actriz había decidido abocarse este año a la grabación de la telenovela protagonizada por Gonzalo Heredia y Vanesa González, cuando recibió una propuesta que no esperaba. Adrián Suar la convocó para protagonizar La Cabra, obra teatral de Edward Albee (¿Quién le Teme a Virginia Woolf?), que se estrenará el 5 de abril en el Teatro Tabarís, junto a Julio Chávez como director y protagonista, Vando Villamil y Santiago García Rosa. Y no dudó en decir que sí. Porque admira a Julio Chávez, porque le interesó mucho la obra y porque Adrián Suar -productor de Lobo y de La Cabra- le dio su apoyo como para que pudiera conjugar ambas cosas.

En Alguien que me Quiera también habías hecho de “mala”. ¿Te gustan los roles de villana?
-Sí, me gusta mucho más hacer de villana que de buena. Las villanas son muy impunes a muchas cosas. En Alguien que me Quiera también hacíamos pareja con Osvaldo, como acá, pero la relación era distinta. El era muy bueno y yo estaba obsesionada con él, lo quería a toda costa y él estaba conmigo por agradecimiento. No es el caso de esta tira, porque los dos somos dos personajes muy ambiciosos, muy especuladores, y tenemos un vínculo que, más que amoroso o afectivo, es un vínculo sexual o de interés. O de interés y sexual, en ese orden. Eso es lo que nos une en principio, aunque a veces nos digamos lo contrario.

¿Cómo es la recepción del público en ese sentido?
-¡Bien! Me parece que tanto mi personaje como el de Osvaldo son unos malos copados, es lo que recibo por lo menos de la gente, como que se divierten más allá de que por momentos nos odian o nos quieren matar.

¿Te preocupa el tema del rating y la competencia con Dulce Amor, que viene liderando el horario?
-A mí lo que me preocupa del rating es que permita que el producto siga saliendo al aire. Después, ir un punto arriba, un punto abajo, no es algo que me quite el sueño. Nosotros lo que podemos hacer desde nuestro rol de actores es tratar de dar lo mejor y de hacer la escena lo más rica posible para entregar un buen producto. Después, el éxito, tanto de una obra de teatro, de una película o lo que fuere, depende de un montón de cosas que escapan a uno. Entonces, eso que uno no puede manejar no es algo que me preocupe. Sí me importa que el producto que hagamos sea de la mejor factura posible. Y el público va eligiendo, hoy es una cosa y mañana será otra.

¿Influye el rating en el clima de trabajo?
-Está todo super bien, el equipo está muy contento con el resultado del producto y hay una energía muy buena. Como en todo, calidad y cantidad a veces no van de la mano. Por otro lado, está bueno también tener una competencia fuerte porque te mantiene despierto. No es “hagamos cualquier cosa si total no hay nada para ver”. No, “hagamos realmente algo interesante porque tenemos una competencia fuerte que a la gente le gusta y eso siempre es bueno”.

No sos de las actrices que suelen hacer dos trabajos a la vez. ¿Qué te motivó a aceptar formar parte de La Cabra en un año de mucho trabajo con la tira?
-Es verdad que me cuesta pensar en hacer dos cosas a la vez haciendo una tira, porque lleva mucho tiempo y me gusta tener un poquito de espacio para mí también y para las nenas (Allegra y Serena, de 8 y 6 años). Por eso, yo nunca hice hasta ahora dos proyectos simultáneos. Pero me llamó Adrián Suar un sábado a la tarde para decirme: “Cecilia Roth se bajó de La Cabra por cuestiones de agenda y Julio (Chávez) te quiere a vos. Yo quiero que estés pero no quiero que te bajes de la tira, así que vamos a encontrar la manera para que puedas hacer las dos cosas sin volverte loca”. Así que fue soñado, porque tener la posibilidad de trabajar compartiendo el escenario y dirigida por Julio Chávez es muy importante. Y con la suerte de que el productor de la obra es el mismo de la tira, entonces puede ayudarme a resolver la cuestión de los horarios para que yo pueda tener relativamente un descanso para poder rendir en las dos cosas.

La obra trata de un hombre que le confiesa a su esposa que se enamoró de una cabra. ¿Creés que es una temática difícil para el público?
-Me parece que el autor, desde la provocación y desde una búsqueda de irritar al espectador, plantea cuestiones morales y espirituales muy profundas, pero desde la libertad del individuo, hasta dónde uno es lo que realmente siente y hasta dónde uno es en base a condicionamientos sociales y culturales.

El mismo autor dijo antes del estreno de su obra que esperaba que mucha gente se levantara del teatro y se retirara incómoda. ¿Creés que eso pueda pasar?
-Sí, es muy probable. La verdad es que la obra es profundamente provocadora. Y hay gente que tiene una capacidad de bancarse hasta el final y de entregarse a lo que la obra le provoque y hay otra gente que no está dispuesta. Así como los seres humanos no estamos muchas veces dispuestos a ver cosas en nosotros mismos y si vemos algo afuera que nos provoque esa zona que no estamos dispuestos a ver, seguramente nos molestemos y nos retiremos del lugar ofendidos.

¿Cómo es tu actitud en ese sentido ante esas “zonas oscuras”?
-Intento vivir mi vida buceando en lo más profundo de mí para ser lo más fiel a mí misma posible, más allá de lo que los demás crean que está bien o está mal, o de ciertos condicionamientos culturales, religiosos o sociales.

“No me preocupa el paso del tiempo, sí poder mantener la energía”

Su primer trabajo en televisión fue en Clave de Sol en 1988. Pero el gran salto lo dio en Más Allá del Horizonte, telenovela que marcó un antes y un después no sólo en su carrera sino en la televisión en general en cuanto a lo que al género se refiere. Desde aquel entonces pasaron más de veinte años, pero ella ha sabido mantener su belleza con naturalidad y sin gimnasia ni dietas. “Acabo de cumplir 44 años y creo que es momento de empezar a cuidarme. Si no me pongo las pilas ahora, no me las pongo más. Tengo que empezar a hacer algo porque sino, siento que me voy a empezar a doblar”, confiesa.

¿Hacés dieta?
-No, pero como sano porque me gusta. La verdad es que no hago nada, pero no lo digo como algo de lo cual vanagloriarse, lo digo porque siento que llegó el momento de empezar a hacer.

¿Te preocupa el paso del tiempo?
-No, no me preocupa. Pero lo que sí me importa es no perder elasticidad, quiero estar con energía, eso sí me preocupa.

¿Qué pensás hacer?
-Pienso hacer yoga, pienso salir a caminar. La verdad es que soy una persona bastante sana, fumo poco, muy poco, y como muy sano. Pero sí creo que el cuerpo empieza a oxidarse si uno no hace algo.

En cuanto a lo personal, ¿seguís en pareja (con Mauro García Barbe, músico y compositor)?
-Sí, y estoy muy feliz.

No hay comentarios: