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“Paisito” es una película escrita por el uruguayo Ricardo Fernández Blanco, radicado en España hace tres décadas y dirigida por la española Ana Diez (Madrid, 1974). Fue filmada durante siete semanas en la República Oriental del Uruguay.
Esta protagonizada por los actores argentinos Viviana Saccone, Mauricio Dayub y Nicolás Pauls y los españoles María Botto y Emilio Gutierrez Caba.
La historia, que se desarrolla en dos planos temporoespaciales, cuenta de Xabi (Nicolas Pauls) que llega a España, la tierra de sus padres, contratado para el equipo del Osasuna de Pamplona, ya que su profesión es jugador de football y se reencuentra con Rosana, una uruguaya exiliada, quien entre el amor y el odio se pasó veinte años esperando que Xabi la buscase y le explicara sus recuerdos de aquel Uruguay de 1973. Aquel Uruguay en el que su famosa democracia y sus millones de cabezas de ganado no podían ocultar el descontento del pueblo, la corrupción endémica de los políticos, los tupamaros, los militares o el esperado golpe de estado.
Es una película sobre el recuerdo, la traición y el amor. Dar voz a los atrapados en medio del conflicto, a los que no se atreven a tomar partido, a los que ver morir les resulta tan odioso como ver matar. Vencedores y vencidos padecen las heridas que los regímenes totalitarios inflingen.
Inteligente guión (dejando de lado algunos clises), buenos climas, cuidadas actuaciones y atrapante historia. ¿Se puede pedir algo más? Quizas si, pero no es el caso de “Paisito”, un noble producto que vale la pena ver.
Esta protagonizada por los actores argentinos Viviana Saccone, Mauricio Dayub y Nicolás Pauls y los españoles María Botto y Emilio Gutierrez Caba.
La historia, que se desarrolla en dos planos temporoespaciales, cuenta de Xabi (Nicolas Pauls) que llega a España, la tierra de sus padres, contratado para el equipo del Osasuna de Pamplona, ya que su profesión es jugador de football y se reencuentra con Rosana, una uruguaya exiliada, quien entre el amor y el odio se pasó veinte años esperando que Xabi la buscase y le explicara sus recuerdos de aquel Uruguay de 1973. Aquel Uruguay en el que su famosa democracia y sus millones de cabezas de ganado no podían ocultar el descontento del pueblo, la corrupción endémica de los políticos, los tupamaros, los militares o el esperado golpe de estado.
Es una película sobre el recuerdo, la traición y el amor. Dar voz a los atrapados en medio del conflicto, a los que no se atreven a tomar partido, a los que ver morir les resulta tan odioso como ver matar. Vencedores y vencidos padecen las heridas que los regímenes totalitarios inflingen.
Inteligente guión (dejando de lado algunos clises), buenos climas, cuidadas actuaciones y atrapante historia. ¿Se puede pedir algo más? Quizas si, pero no es el caso de “Paisito”, un noble producto que vale la pena ver.