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viernes, 7 de diciembre de 2012

UNA MUJER SUCEDE, UNA CURIOSA HISTORIA DE AMOR Y HUMOR NEGRO


Una mujer sucede, ópera prima del cineasta bolivarense Pablo Bucca, un historia de recuerdos con ribetes fantásticos y humor negro con Eduardo Blanco, Alejandro Awada, Oscar Alegre y Viviana Saccone, llega hoy a las carteleras porteñas.
El filme, del cineasta que además dirige el Festival de Cine de Bolívar, participó en 2011 en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, y en marzo de este año en el encuentro "Pantalla Pinamar" En 2004, cuando Bucca tenía 21 años y ganas de hacer una película si bien solo acreditaba un puñado de cortos amateurs y casi nada de cinefilia, se marchó a Buenos Aires con un proyecto juvenil bajo el brazo y la intención de adaptar la novela del también bolivarense Luis Lozano.
En un pueblo del interior, una noche muy lluviosa, la sala en que es velada una mujer es visitada por un solo deudo y dos hombres más reunidos por el destino, que se ponen a jugar una partida de truco sobre el féretro, apenas iluminados, y con el ruido de la tormenta desde el exterior.
Cada uno va revelando la identidad de esa mujer, que por lo que cada uno cuenta, habría tenido con cada uno de ellos una relación intensa, cada vez con el mismo rostro, pero con una personalidad diferente, igual de enigmática y seductora.
Por un lado está Fernández, interpretado por Alejandro Awada, un escritor que la conoció como Laura, en una biblioteca, con la que se mete en un extraño juego sexual, por el otro Santos, Eduardo Blanco, para él Sofía, antigua amante y esposa de su amigo íntimo que lo pone a prueba en situaciones límite, y finalmente Villalba, el más rústico y veterano, encarnado por Oscar Alegre.
Cada uno de ellos la ve a su manera, y los tres irán definiendo su enigma en la medida de su posibilidades, no obstante queda la duda si ella es tan real como cada uno la recuerda o en verdad no es otra cosa que un símbolo del deseo y la pasión de los hombres a la hora de amar.
En 2004 ya me daba vueltas por la cabeza la idea de hacer una película. Estaba escribiendo un guión, pero estaba bloqueado hasta que un amigo me dijo que lea el libro de Lozano, y descubrí que mi relato tenía muchos puntos en común, confesó Bucca en diálogo con Télam.
Me gustó muchísimo como estaba escrito y descubrí que podía haber una película, entonces me contacté con Lozano, le pedí su autorización, y me dio toda la libertad para hacerla, explica Bucca, que no se cansa de insistir que lo que lo movilizó fue el deseo de hacer una película.
En Bolívar busqué las locaciones, no obstante sabía que buena parte del filme, las escenas que tienen lugar en la sala del velatorio, necesitaban nada más que un fondo negro, lo que le daba a la situación un clima muy especial, con los tres personajes masculinos jugando al truco, explica.
Pero estamos hablando de 2004 y la película recién se ve por primera vez en 2011 Ocurrió lo que ocurre con todo primer proyecto: si lo hubiese pensado para filmar entre amigos, podría haberlo hecho sin tanto presupuesto o despliegue, pero mi idea era hacerlo en serio, insiste.
Según recuerda Bucca, desde entonces cada año empezaba creyendo que ese era el del rodaje, y por una cosa u otra se fue postergando, con la satisfacción de que una llamada o un mail de por medio, todo el elenco me seguía apoyando entusiasmado, algo muy difícil de creer.
Pensaba que hacer un largometraje no era mucho más complicado que hacer un corto, y quizás por eso no pensé en ir a buscar respaldo al INCAA, y curiosamente la espera me sirvió para acercarme más a los actores, que fueron a rodar con una confianza que ayudó al resultado, dice.
A la hora de las definiciones Bucca asegura que se trata de un drama con tópicos fantásticos, y humor negro y reconoce que ver a tres tipos jugando a las cartas arriba de un féretro es fuerte, y hay que ver si lo que dicen mientras juegan es verdad, si están hablando de la fallecida o simplemente de ellos mismos.
Esa imagen de los tres jugando al truco es el disparador de otras historias, algo así como un relato estructurado a la manera de cajas chinas, una dentro de la otra, que daba para lo coral y hasta para un juego de montaje. El trabajo de Saccone como tres mujer que pueden ser una sola es excepcional, reconoce el debutante.
En la actualidad Bucca se debate entre el cine y la literatura: Estoy escribiendo una novela en base a aquel primer borrador de guion y si me gusta quizás lo convierta en película. No es mi intención filmar mucho sino hacerlo cuando realmente esté convencido de hacerlo. Soy un poco inseguro.
De alguna forma Una mujer es mi tesis de cine, porque además me sirvió para conocer no solo el mundo del cine, sino además a mucha gente, también en el papel de productor, es decir que fue un aprendizaje constante e intenso que agradezco y los actores me agradecen, concluyó.

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