Este blog busca unicamente promocionar la figura de Vivi, una excelente actriz y una persona maravillosa a la que vale la pena conocer..




sábado, 7 de abril de 2012

El amor, en sus diferentes formas


Crítica. “La Cabra”. La obra de Edward Albee exige altos niveles de actuación. Y los logra.

Qué saludable es reencontrarse con la escritura de Edward Albee (1928), este dramaturgo estadounidense que supo nacer a la literatura dramática acunado por el absurdismo europeo.

Qué reconfortante es comprobar que en La Cabra …o quién es Sylvia? , estrenada en 2002 en Nueva York (donde se llevó todos los premios), sigue viva su impronta.

Dirigida por Julio Chávez, y protagonizada por él mismo y Viviana Saccone (con un elenco muy parejo que completan Vando Villamil y el joven Santiago García Rosa), acaba de subir a escena en el teatro Tabarís.

La anécdota es relativamente sencilla y en apariencia cotidiana: Charlie (Chávez), arquitecto, acaba de ganar algo así como el premio Nobel a la arquitectura, y su vida junto a su mujer Julia (Saccone) y su hijo adolescente, Willy (García Rosa), completan un cuadro de éxito y armonía. Pero Charlie atraviesa al mismo tiempo por una experiencia amorosa inusual y trascendente que lo sume en la confusión, y que sólo se atreve a contarle a su amigo de toda la vida, Axel (Villamil). El conflicto se desata cuando Axel le cuenta todo a su mujer, y además de una potente carga de violencia que va in crescendo , aparece un humor chirriante que desata las carcajadas del público.

La puesta en escena es simple: marcaciones en diagonales sobre una escenografía que remarca el centro del escenario con una gran biblioteca, poca luz y muy puntual, con eso basta, porque se trata de un texto que exige de altos niveles de actuación para sostenerse. En este sentido el Chávez director aparece sobre todo como un meticuloso y exigente director de actores. Como actor, Julio Chávez es detallista, profundo, inteligente, preciso, y Viviana Saccone no le va en zaga. Entre los dos despliegan un duetto sin fisuras. Acompañan en el mismo sentido Vando Villamil, otro excelente actor de nuestra escena, y Santiago García Rosa. Merced a la aguda dirección actoral de Chávez se consigue un lenguaje unificado, en el que cada quien aporta sus propias coloraturas.

La Cabra es un texto de varias capas de lectura: uno puede quedarse con la anécdota, o ser impactado por la impiadosa reflexión sobre la contradictoria naturaleza humana: el fantasma del incesto, la soledad metafísica, la condena social a los diferentes y la inasible naturaleza del amor dicen presente con una contundencia pavorosa.

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