El protagonista de “El puntero” cuenta cómo superó la renuncia de Cecilia Roth al protagónico femenino. Y habla sobre el tema de la obra: la zoofilia.
Si el fondo siempre puede estar mucho más abajo, la voluntad siempre puede estar mucho más arriba. Algo de eso sucedió con La cabra , la primera obra que tendrá a Julio Chavez en el doble rol de actor y director. Hace apenas unas semanas, cuando Cecilia Roth, la por entonces coprotagonista de la puesta, decidió abandonar el proyecto para sumergirse en una película de Pedro Almodóvar, la adaptación del éxito de Edward Albee podría haber sucumbido. Pero no lo hizo. “La producción -le contó Julio Chávez a Clarín -, que es muy generosa, me dio 48 horas para que yo pensara qué quería hacer. Me dijeron: ‘Te seguimos en lo que vos desees’. Fui a mi casa, pensé un día, me imaginé a Viviana (Saccone) en ese rol, y al día siguiente propuse que quería seguir con ella’”.
Julio asegura que cuatro horas de ensayo representan ocho para él. Una doble actividad ambivalente: estresante y hermosa. “Tengo el presentimiento de que tantos años de docencia y de dirección teatral construyeron en mí a un cierto soldado, que no está tan perdido. Estará confundido, estará deshabituado o inseguro, pero la incertidumbre es parte de un proceso que vivís siempre, como actor y como director”.
La temática de la obra dará que hablar. “Me gusta mucho el material porque presenta un problema enorme con una situación casi absurda: un vínculo amoroso entre un ser humano y una cabra. Tiene que ver con el amor, con el límite social, con que pertenecemos a una tribu y necesitamos ciertas leyes, pero al mismo tiempo el hombre es el único que se cree en condiciones de seleccionar su objeto amor”.
Saccone, que sobre las tablas se pone en la piel de Julia, la esposa de Charlie (Chávez), asegura que la obra es irritante, provocadora. “Es muy profunda, pero trabaja con el humor”, explica. Y agrega: “Cuando pensaste que ya se te había revuelto el estómago, hay algo más fuerte, pero terminás riéndote, porque no podés creer lo que le pasa a estas personas. Julio nos enseñó a mirar todo eso que no se dice y que le sucede a los personajes. La obra plantea todo lo que uno es capaz de soportar por amor y hasta dónde somos libres con las cosas que nos pasan”.
De la moral a la ética, un camino grande. “Cada ser humano decidirá cuál es el límite. El inconveniente es cuando pasa por una decision social”, opina Chávez.
La cabra llegará al teatro Tabarís el 5 de abril. El elenco se completa con Vando Villamil y Santiago García Rosa. Quizás es una buena oportunidad para bucear en eso que decía el filósofo Peirce: “Pensamos para dejar de pensar”. ¿Será que creamos reglas para no pensar tanto? .
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