Este blog busca unicamente promocionar la figura de Vivi, una excelente actriz y una persona maravillosa a la que vale la pena conocer..




viernes, 5 de septiembre de 2008

“Vivo el amor a pleno”


Tiempo de decisión

Mamá de Alegra (5) y Serena (3), Viviana confiesa que con hijos la decisión de separarse se hizo más difícil. “Analicé, y analicé. No soy siempre así, por lo general soy más impulsiva pero siempre escucho lo que me pasa”.





Nuestro amor

“Me interesa que el día de mañana mis hijas sean mujeres felices. No estaría bueno que tengan padres angustiados, quejosos, chinchudos.”




Ir con todo

“Antes no había mostrado tanto mi cuerpo porque el perfil de mis personajes era otro. Pero siempre fui de arriesgarme, nunca de acomodarme y achancharme por rutina”


Nueva década, nueva vida. Cumplió 40 en enero, al mes se separó de Federico Palazzo, su pareja de los últimos seis años y padre de sus dos hijas. Rechazó volver a la televisión porque decidió apostar al cine y al teatro. Por primera vez en su carrera se animó a un desnudo en En la cama y, como si fuera poco, se volvió a enamorar. “Siempre hago lo que siento”, advierte. Y asegura que no cambió, sino que muchos “me están descubriendo ahora”.
....................................................................................................

Cita a Julio Cortázar en una frase de Rayuela con la que se identifica: “Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio”. Enamorarse, sucede. A ella le sucedió. Sin anhelarlo, sin premeditarlo, sólo pasó. No ha encontrado –o en realidad nunca buscó– alguna causa objetiva por la que los amores aparecen o se esfuman. Su único parámetro, y el más genuino, es el fulgor con que los siente: “Vivo el amor a pleno. Si vamos, vamos. Me gusta vivir así, mandarme totalmente”, dice.
En febrero pasado Viviana Saccone (40) se separó de Federico Palazzo (38), su pareja durante los últimos seis años y padre de sus dos hijas, Alegra (5) y Serena (3). Final del juego y vuelta a empezar. Un rayo la paralizó y la hizo resplandecer otra vez. Su nuevo amor se llama Mauro García Barbe (42) y es el compositor de la música de En la cama, la obra teatral que habla de manera cruda sobre los conflictos conyugales y que la tiene a ella como una de sus protagonistas. “Si el libro de Muscari hubiera aparecido en otro momento, quizá habría pasado inadvertido. Fue movilizante, me pegó en cosas que estaba viviendo. Por algo este material llegó a mí en ese momento”, reflexiona. “Estoy en un año intenso, en un tiempo de búsqueda personal, donde tengo bien presente mi gran consigna de vida, que es ser feliz”, agrega y suma detalles de cómo ha sido para ella todo este período de crisis, desencuentros, nuevos rumbos, destello sorpresivo y vuelta a apostar al amor.


–¿Esa consigna siempre fue la misma o ahora está más presente?
–Siempre fue importante. Pero a veces uno se distrae, por trabajo, por estudio, por la familia o por situaciones que te tocan vivir y te corren del eje que te permite ver por dónde querés ir y por dónde no.

–¿A partir de qué momento volviste a rever tu camino?

–No hubo un hecho puntual. Sí, la responsabilidad personal de actuar en consecuencia a lo que se siente. A veces uno no le da mucha bola a lo que le pasa porque después hay que decidir qué hacer.

–Y en este caso la decisión fue separarse, algo no muy fácil de hacer…
–No hablo de la separación en sí, es algo muy personal. Estoy en un momento en que analizo, analizo y analizo. No soy siempre así, por lo general soy más impulsiva pero, me lleve más o menos tiempo, siempre escucho lo que me pasa interiormente.

–¿Cómo transitas anímicamente los períodos de decisión?
–A veces débil y otras con mayor fortaleza, confundida quizás en un momento, y con seguridad y claridad en otros. Ninguno de esos estados me asusta, porque me hacen entender que hay nuevas oportunidades. Cuando atravesás períodos de mucha plenitud estás de alguna manera estancado, y tratás de que nada modifique ese estado. Pero en situaciones críticas llegan los replanteos. Por lo general, no son momentos fáciles de pasar. Uno está flojo, con la autoestima más baja. Puede pegar por distintos lados, pero al final, siempre, algo bueno sale.

–¿Qué te generan las crisis?
–Inevitablemente se produce un movimiento, uno busca qué le está pasando. Y si le interesa estar bien y ser consecuente con lo que siente, vendrá un cambio.

–¿Creés una casualidad que justo ahora estés actuando en una obra sobre conflictos de parejas, tan movilizante?
–No sé si existen las casualidades. Es a la inversa: uno busca cosas relacionadas con situaciones que le están pasando. Cuando leí el libro de Muscari me sedujo, me atrajo, me sentí identificada con muchas cosas que suceden en la obra. No es que la obra hizo un cambio en mí: llegó y la acepté porque en algo me golpeó.

–No es lo mismo que se separe una pareja sin hijos que una que los tiene…
–Lo importante frente a la mirada de los hijos es mostrarles que sus padres son felices. Igual van a seguir recibiendo mucho amor y contención. Me interesa que el día de mañana mis hijas sean mujeres felices. No estaría bueno que tengan padres angustiados, quejosos, chinchudos. Más allá de la situación conyugal, siempre es preferible que vean que sus padres son felices.

–¿El matrimonio está en extinción? ¿Vamos hacia otro modelo de familia?
–En la vida se pasa por distintos estados. En la pareja cambian ambos, y ese cambio puede acercarte más o definir caminos distanciados. El tema es aceptarlo. Creer que todo va a ser un idilio color de rosa es una utopía. Muchas veces uno se conforma con lo que tiene quizá por modelos culturales, mandatos sociales, por la educación que recibió. Pero si algo no te está haciendo bien… ¿por qué quedarte?

–Tanto a Federico como a Mauro los conociste en el trabajo… ¿Hará falta un pararrayos dentro de tu ámbito laboral?
–(Se ríe) ¡No es para tanto! En realidad, tiene que ver con los ambientes en que me muevo. No tengo vida social como para conocer gente en otros lados. No voy a fiestas hípicas, por ejemplo, ja, ja, ja... Fue así porque tiene que ver con los lugares donde estoy.

–¿Fue un amor a primera vista, fulminante?
–¡Ah, ah! No voy a entrar en detalles, pero cuando pasa, pasa. No se maneja, no se elige. Uno no puede decir “acá voy al veinte por ciento y ahora voy un poco más”. Más allá de lo que es el amor en sí, en la pareja no me gustan las medias tintas.

–¿Qué aprendiste de todo esto?
–Me siento fortalecida. Arriesgar, más allá de ganar o perder, fortalece. No creo saber aún mucho de la vida; los años me darán la oportunidad de reconocer mi aprendizaje.

–¿No existe más el amor para toda la vida?
–¡Cómo que no! El ser humano puede cambiar, pero las cosas básicas no se modifican. Creo que sí existe el amor para toda la vida.

–¿Te casarías?
(Risas) ¿Por qué no? Soy soltera, así que todavía tengo chance.

–Da la impresión de que cambiaste: dejaste de lado la tele para dedicarte al teatro y al cine, por primera vez te desnudás en un escenario, te separaste y te volviste a enamorar…
–No soy otra. En mi vida siempre hice lo que siento, tanto a nivel profesional como personal. Es posible que en cierto aspecto me estén descubriendo ahora. Antes no había mostrado tanto mi cuerpo porque el perfil de mis personajes era otro. Pero siempre fui de arriesgarme, nunca de acomodarme y achancharme por rutina.

–Como sea, se te ve muy bien…
–Me siento muy bien, estoy en pareja y muy feliz. No voy a ocultar lo evidente, y por el momento es todo lo que tengo para contar.

Fuente: Revista Gente
Por: Analía Rivas.
Fotos: Christian Beliera

No hay comentarios: