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CRITICA: LOS ESTRENOS DE LA SEMANA
En "Paisito", de Ana Díez, dos familias se ven enfrentadas por la situación política.
Xavi (Nicolás Pauls), un jugador de fútbol uruguayo en el final de su carrera, es vendido al Osasuna español. Allí se reencuentra con una mujer, Rosana (María Botto) con la que atravesó una tensa situación en Uruguay, en pleno conflicto entre militares y tupamaros. Ese reencuentro será el disparador de Paisito, la película de Ana Díez que toma el fútbol como una de las metáforas para hablar de las fracturas familiares y de las relaciones sociales que se producen en los países que atraviesan enfrentamientos civiles. El padre de Rosana (Mauricio Dayub) es jefe de la policía de Montevideo, pero no se decide a ser parte del sector más violento de la represión que está tomando fuerza en el país. De hecho, sin que se de cuenta, hay varios militantes que lo rodean en su mundo más cercano. El, parece, sólo quiere tener una vida tranquila con su mujer (Viviana Saccone) y su hija, pero los acontecimientos se precipitan y lo pondrán en una disyuntiva. Su vecino gallego ("de Navarra", explica) es un republicano exiliado en Uruguay durante el franquismo. Ellos tienen un hijo (Javier/Xavi), que es amigo e incipiente novio de Rosana. Pero cuando la situación crezca en tensión, estos dos hombres se verán enfrentados por las circunstancias. Con una serie de partidos de fútbol de la selección uruguaya como telón de fondo, Paisito se construye como un filme simple y previsible, de buenas intenciones pero moraleja algo reiterada, que intenta analizar una época oscura de la historia de América latina.
En "Paisito", de Ana Díez, dos familias se ven enfrentadas por la situación política.
Xavi (Nicolás Pauls), un jugador de fútbol uruguayo en el final de su carrera, es vendido al Osasuna español. Allí se reencuentra con una mujer, Rosana (María Botto) con la que atravesó una tensa situación en Uruguay, en pleno conflicto entre militares y tupamaros. Ese reencuentro será el disparador de Paisito, la película de Ana Díez que toma el fútbol como una de las metáforas para hablar de las fracturas familiares y de las relaciones sociales que se producen en los países que atraviesan enfrentamientos civiles. El padre de Rosana (Mauricio Dayub) es jefe de la policía de Montevideo, pero no se decide a ser parte del sector más violento de la represión que está tomando fuerza en el país. De hecho, sin que se de cuenta, hay varios militantes que lo rodean en su mundo más cercano. El, parece, sólo quiere tener una vida tranquila con su mujer (Viviana Saccone) y su hija, pero los acontecimientos se precipitan y lo pondrán en una disyuntiva. Su vecino gallego ("de Navarra", explica) es un republicano exiliado en Uruguay durante el franquismo. Ellos tienen un hijo (Javier/Xavi), que es amigo e incipiente novio de Rosana. Pero cuando la situación crezca en tensión, estos dos hombres se verán enfrentados por las circunstancias. Con una serie de partidos de fútbol de la selección uruguaya como telón de fondo, Paisito se construye como un filme simple y previsible, de buenas intenciones pero moraleja algo reiterada, que intenta analizar una época oscura de la historia de América latina.
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